"No salgo de mi asombro, hace un rato desde la C/ Lumbreras, comienzo a notar un fuerte olor a humo, que me alarmó pensando que podía haber un incendio, pocos metros mas adelante comienzo a escuchar el sonido de música amplificada que sonaba fuerte en las inmediaciones. Siguiendo al rastro del sonido llegué hasta las inmediaciones de la Capilla del Carmen, junto al Distrito C/ Crédito). Para mi estupor me encuentro con una Zambobá organizada por la hermandad de la capilla con todos los parabienes del Distrito cuyos dirigentes estaban allí, había un escenario, una barra, mesas y sillas, equipo de sonido y dos barriles cortados con candelas. Paso un amigo alucinado que me dijo que el otro día en San Lorenzo se hizo otra igual. No me importa el sonido amplificado, ni el humo de la calle, ni siquiera que mi hija que pasó por C/ Calatrava llegara a casa con la ropa oliendo humo y los ojos irritados. No tengo nada en contra de estas actividades que es verdad que ocasionan molestias al vecindario pero son molestias tolerables cuando se vive en comunidad. Lo que me parece escandaloso es la doble moral, el rasero distinto, el agravio. Las autoridades municipales no deberían promover estas actividades sin han colocado el listón tan alto como lo han hecho con la Sala Malandar. Es un agravio absolutamente indecente".
En fin, ¿que decir después de este demoledor testimonio?. LLeva toda la razón. Y lo compartimos. Y el término que utiliza al final es el correcto ¡¡es indecente!!. Es indecente que la Sala Malandar siga un minuto mas con los conciertos censurados invocando un absurdo reglamentario cuando en estas movidas los incumplimientos de la norma son, en comparación, mayúsculos. Es indecente que Zoido siga hablando en las redes del "derecho al descanso" para justificar lo de la Sala cuando no hay fuga alguna de sonido acreditada y a la vez utilice la manga ancha para estos eventos. Y es mas indecente aún si las actividades que se favorecen tienen todas que ver con un determinado sesgo y perfil. No somos una asociación vecinal con visión estrecha para estas cosas. Nos encanta que la gente utilice los espacios públicos y lo disfruten, que sean lugares para el encuentro y la convivencia. No tenemos objeción alguna a que se hagan este tipo de actividades, no nos ponemos, reglamento en mano, a señalar incumplimientos, nos gusta más invocar el sentido común para justificar que un bar retransmita un partido de fútbol aunque, como ocurre con centenares, no tengan licencia para música, o que se hagan estas zambobás aunque sean muchas las ordenanzas que se incumplen. Es más. Lo reconocemos públicamente: La Revuelta lo ha hecho, ¡¡y con menos papeles que una liebre!!. Por eso nuestro reproche va dirigido a quien aplica esta escandalosa ley del embudo: tolerancia y permisividad absoluta a juergas capillitas y a la vez intolerancia completa a otras manifestaciones culturales. En esa diferencia de trato a manifestaciones populares y culturales igual de respetables y legítimas, es lo que eleva esto a la categoría de indecencia, y lo que la hace altamente sospechosa ya que la pinta que da es que se está agrediendo con premeditación a determinadas manifestaciones culturales. Y es por eso por lo que animamos a la gente a que reaccione en su defensa. Ya sabéis que para eso el viernes a las 15 horas en el Muelle de la Sal tenemos una cita.
La mirada revoltosa
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