jueves, 10 de mayo de 2012

“Operación placebo”

El día en que hemos conocido una “Operación Rescate” a favor de la “Bankia”; el día en que millones de ciudadanos nos echamos a la calle calentando la Huelga General de la Educación prevista para el 22 de mayo frente a la “Operación Recortes” que acechan a los servicios públicos; el día en que los sanitarios se manifiestan en sus hospitales contra la “Operación Ajustes” defendiendo la salud universal y gratuita (para el paciente)… ese mismo día, sale a la luz la “Operación Talento” con honores de ordenanza y con todo el lujo casposo y carca que arrastra el alcalde en sus gestos de insulsa y vacua solemnidad.
 
Presentada con las estrategias del marketing de la curiosidad –“estad atentos”, decía el twitter del señor Zoido los días previos–, algunos supusimos que se brindaría a los jóvenes la oportunidad para demostrar su talento, para alcanzar su sueño en la ingeniería, la química o la innovación. En el periodismo o en el derecho. En la arquitectura o en la medicina. Estad atentos…
 
El parto de los montes se desveló cuando, con una cantante famosa, aparece Zoido (aquel que se proclamó como el alcalde del empleo y tiene a la ciudad sumida en las angustias del paro y los desahucios promovidos, incluso, desde EMVISESA, la empresa municipal de la vivienda) luciendo una “Operación placebo”, cuya vocación pasa por entretener y desviar la mirada de los jóvenes hacia una salida individual, basada en las lógicas de un concurso, corriendo detrás de una esperanza imposible e ilusionándoles hacia un futuro de papel cuché, que nada se compadece con los conceptos modernos del emprendimiento, la igualdad de oportunidades o el esfuerzo colectivo.
 
La rechifla general que se ha provocado al desvelarse el tan misterioso y anunciado “gran evento” a mi, en particular, me ha generado tristeza, porque se juega con las expectativas de gente desesperada y que, seguramente, estarían aguardando de su Ayuntamiento –no de su televisión- una propuesta seria que les diese la opción de poner en valor sus estudios o sus profesiones para poder emanciparse económicamente, para avalar sus hipotecas o para promocionarse legítimamente en la vida, dejando atrás el desempleo y la desesperanza. Y encontrando, en suma, otra salida más estable que la que les plantea el “Salto a la fama” como única alternativa de su administración más cercana.
 
El alcalde del empleo, el alcalde de la vivienda pública, el alcalde de los barrios, el alcalde de las verdaderas necesidades de la gente sólo ofrece contra la crisis salir cantando, siguiendo aquel reaccionario eslogan franquista de “Canta y sé feliz” que con “el cantar, se olvidan las penas”. Una pena.

http://www.rodrigotorrijos.es/?p=4469

No hay comentarios:

Publicar un comentario