A estas alturas ya casi todo el mundo sabe que la celebración del triunfo de la selección española de fútbol en la pasada Eurocopa se saldó en nuestra ciudad con diversos actos vandálicos a manos de unos indeseables que, entre otras cosas, arrancaron la cabeza a la estatua de la fuente de la Puerta de Jerez,
además de cometer otros destrozos en su conjunto escultórico, afectando
a los focos, al sistema de riego, a las tuberías, etcétera.
Sin embargo, llama poderosamente la atención que este hecho tan
grave, cuyo arreglo nos costará a los sevillanos la nada desdeñable
cifra de 9.000 euritos, no vaya a conllevar aparejado ninguna consecuencia política,
pese a que es obvio que algo tuvo que fallar en el dispositivo de
seguridad y que este atentado contra el patrimonio podría haberse
evitado perfectamente con un poco de previsión por parte del Ayuntamiento.
Uno no quiere ni pensar la polvareda que se hubiera levantado si
esta barbaridad se hubiese producido, por poner algún ejemplo, en el
marco de una huelga general, al calor de una protesta de estudiantes o coincidiendo con cualquier movilización ciudadana contra los recortes.
Seguramente, en esos supuestos la reacción hubiese sido muy distinta tanto a nivel mediático como político. Sin duda, los opinadores de turno no hubieran tardado en bramar contra el populacho
que se organiza para defender sus derechos, al tiempo que se sucederían
las condenas y las exigencias de responsabilidades, cuando no la
criminalización generalizada y directa de los manifestantes.
Y ya no digamos si, en lugar del PP, fuera Izquierda Unida el partido que gobernara en la ciudad. ¿Se imaginan la que nos habría caído?.
Pero ya lo he señalado alguna que otra vez: Hay personas que, como
el señor Juan Ignacio Zoido, a la sazón alcalde de Sevilla en sus ratos
libres, parecen ungidos por los dioses. ¿Si no cómo entender que hayan
pasado casi desapercibidas sus palabras, en las que restaba importancia a lo acontecido tras la final de la Eurocopa?
“La situación se desmadró un poco y se desbordaron
los servicios”. Esa es toda la explicación que la máxima autoridad
municipal en la capital hispalense ha sido capaz de ofrecer sobre unos
actos vandálicos que han dado la vuelta al mundo entero, propiciando,
como es lógico, una imagen de la ciudad bastante lamentable.
Visto lo visto, a Zoido le faltó poco para referirse a los desperfectos ocasionados en la fuente de la Puerta de Jerez como un “mero daño colateral” o una “simple gamberrada de jovenzuelos”… ni qué decir tiene que derivada de la sana alegría desatada por la victoria de “La Roja”.
No obstante, la forma de minimizar este asunto contrasta con el
papel de salvador del patrimonio sevillano que el primer edil se ha
empeñado en encarnar a raíz del debate celebrado en la Unesco en torno a la Torre Pelli.
Por otro lado, es curioso que quienes todavía hoy culpan a Izquierda Unida del robo de la cubierta de la Copa Davis
ocurrido en 2004 (cómo si alguien de nuestra fuerza política se la
hubiera quedado), guarden silencio o menosprecien los destrozos
perpetrados en la Puerta de Jerez o el saqueo producido en la antigua sede de la Policía de La Cartuja, sucesos ambos que han acaecido con
el PP en el Gobierno. El doble rasero empleado a la hora de reclamar
responsabilidades, por tanto, resulta más que evidente.
Aunque para rizar el rizo ya está el alcalde, quien, sin sonrojarse, nos anuncia nuevas medidas
para impedir en el futuro la repetición de actos vandálicos como los de
la final de la Eurocopa. ¿Pero a quién pretende engañar?. Si no hay
nada que inventar, basta únicamente con aplicar el protocolo de
seguridad habitual existente para este tipo de celebraciones y con vallar la fuente, como hacía el anterior Gobierno local.
Y ya puestos, tampoco estaría mal que el PP retomase el inédito
plan de actuación creado en el anterior mandato por Izquierda Unida
desde la Delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad con el fin de garantizar la conservación patrimonial de los monumentos históricos y artísticos que pueblan nuestra ciudad.
Fueron muchas las estatuas, las esculturas, las placas
conmemorativas, los retablos cerámicos o las fuentes ornamentales del
entramado urbano sevillano que, no sólo se registraron por primera vez
en un catálogo municipal de bienes, sino que además se
adecentaron, limpiaron y restauraron gracias una línea de intervención
pionera que, desgraciadamente, el PP de Zoido ha decidido abandonar. En
definitiva, una herencia recibida más que la derecha
de esta ciudad prefiere dilapidar, de un modo a todas luces
incomprensible e injustificable, antes que darle continuidad y ponerla
en valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario