El
presidente Santos exige un acuerdo de paz extra rápido en unas negociaciones donde el
tema agrario es el primer y más grueso punto de la agenda y que llevó a que las
partes convocarán un Foro Agrario, que con la presencia de 1200 delegados se
realizó en Bogotá, con la coordinación de la Universidad Nacional y Naciones
Unidas. Estas han entregado al gobierno
y a las FARC 6 gruesos volúmenes con las
propuestas del Foro. El gobierno dice
que en La Habana “avanzan hacia acuerdos concretos en materia agraria”.
Simultáneamente el Congreso de la Republica, de mayoría oficialista, discute proyectos
que tienen que ver con el desarrollo rural, extranjerización de la tierra y el incentivo a los
procesos de reforestación y a la industria maderera. Igualmente, el estatuto de
la oposición y la reforma al Código Electoral muy ligados al punto de la
participación política, otro de los puntos gruesos de la agenda Gobierno-FARC.
Las FARC piden que se paralicen estos proyectos al tenor de las negociaciones. Parlamentarios
y el Presidente se enojan por esta solicitud. Algunos analistas se preguntan:
¿entonces que se va a negociar en la Habana? La palabra y los desenlaces las
tiene el pueblo colombiano.
Lo dice claramente el editorial del Semanario VOZ:
“Solo la movilización
popular puede hacer aterrizar las ilusiones gubernamentales de una paz sin
cambios democráticos que ataquen las causas profundas de la guerra”.
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