Iñaki Alonso, Sevilla Actualizado 26/05/2012 13:04
IU logra una victoria con dos concejalesfrente a la mayoría absoluta de Zoido. He aquí cómo lo hizo Torrijos.
La estampa más fotografiada en este primer año de mandato de Zoido
es la de las bancadas semivacías en cuanto el debate del pleno, con un
formato excesivamente encorsetado y que pide a gritos una renovación, se
hacía tedioso, con jornadas maratonianas que exceden las siete horas.
Ante esa ausencia sistemática de concejales -del gobierno y la
oposición, aunque bien es cierto que se nota más cuando, como el PP, se
ostenta una mayoría tan holgada-, hubo quién se le encendió ayer la
bombilla y puso pie en pared. Torrijos, que lleva meses avisando, se
cansó ayer y, a la vista que en frente suya sólo veía a 10 de los 22
ediles del gobierno local, decidió frenar esa dinámica reclamando que el
voto no fuera en bloque, sino preferencial.
Eso, dicho en cristiano, obliga a que los concejales estén de la
votación y tengan que darle a un botoncito a no ser que quieran verse
retratados como ausentes. El presidente del pleno, Javier Landa, mostró
cierta oposición hasta que pidió un receso de cinco minutos y, ya
reglamento en mano, tuvo que dar la razón a Torrijos.
Nada más preguntarle para qué punto quería que se aplicara, el portavoz
de IU no lo dudó ni un segundo. "Hasta el final de legislatura", reclamó
ni corto ni perezoso, orgulloso de la victoria de su minoría de dos
ediles. Con el nuevo sistema, toca acostumbrarse.
El más incómodo al que se veía a eso de tener que darle al
botoncito era al portavoz municipal, Francisco Pérez, que en la votación
de una moción del PSOE sobre educación saltó. "¿Por qué tengo que votar
asi si se ve que somos mayoría", se preguntaría. "Son las reglas",
mascullaban en la oposición. Landa soltaba la reprimenda a su propio
grupo, donde ni siquiera sus concejales ocupaban sus asientos. Llegó la
votación y salió rana: sólo 16 votos en contra de la moción. Se
repitió, aludiendo un fallo informático y ya salió más acorde con las
mayorías y minorías. Tras ese voto, nueva estampida y nuevo vacío en un
debate, en el que sólo quedaron 20 de 33 concejales que forman la
corporación. Será cuestión de acostumbrarse.
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