Lo pudimos apreciar muy bien en el punto en que debatíamos la
posibilidad de que el Ayuntamiento, tal y como pedíamos desde IU,
asumiera el compromiso de mantener su apoyo económico a la emisora comunitaria Radiópolis,
ateniéndose así al mandato emanado de los presupuestos participativos,
donde esta iniciativa obtiene todos los años un respaldo ciudadano
mayoritario en las asambleas vinculadas a este proceso.
Y es que se podrá estar de acuerdo o no con la propuesta de Izquierda Unida. Pero resulta inaceptable que se amenace a los responsables de este hermoso proyecto social
por el mero hecho de haber confiado en IU para que elevara sus
reivindicaciones al Pleno del Consistorio. Y eso fue lo que hizo este
viernes el delegado de Participación Ciudadana, Beltrán Pérez: arremeter contra una asociación cultural, independiente y sin ánimo de lucro que sólo reclama la colaboración que le corresponde.
El comportamiento de este edil, impropio de un representante del
pueblo, está absolutamente fuera de lugar. Uno entiende que le
cogiéramos desprevenido con la grabación que dimos a conocer,
en la que Zoido se deshacía en elogios hacia Radiópolis y hacia los
trabajadores a quienes ahora les niega el pan y la sal (era una
entrevista concedida en plena campaña electoral municipal, ya se sabe).
Pero sus salidas de tono no tienen ninguna justificación, se mire por donde se mire.
Con todo, el debate sirvió para comprobar la airada reacción del PP
cuando se le coloca ante el espejo de su propio cinismo. ¿O cómo
llamar, si no, a pasar de alabar en la oposición un proyecto “digno de potenciar” –Zoido dixit– a despreciarlo, una vez en el gobierno, por ser “para minorías” y, ya de paso, mancillar gratuitamente el nombre de la asociación que lo impulsa. Lo lastimoso es que para esa fase del Pleno nunca queden ya periodistas para reflejar lo que allí ocurre. Pero “así es la vida”, que diría Beltrán Pérez.
En cuanto a la propuesta encaminada a conseguir que la Iglesia pague el IBI como todo hijo de vecino,
afirmaré que causa tristeza ver cómo, ante la falta de argumentos, el
PP se esfuerza en recuperar clichés del pasado, como el del “anticlericalismo de la izquierda”, para negarse a atender una demanda ciudadana cargada de razones de justicia social y de equidad fiscal.
Apelar, como hizo el portavoz del PP, Juan Bueno, a ese planteamiento color sepia
(llegó a insinuar que a mí me ponía “este tipo de confrontaciones”)
para no admitir una iniciativa equilibrada y de sentido común, máxime en
estos tiempos en que los ayuntamientos no disponen de los recursos
necesarios para hacer frente a una realidad que les desborda a diario,
no encaja con mi trayectoria personal y, sobre todo, supone un insulto a la inteligencia colectiva y una falta de respeto a quienes lo están pasando mal en estos momentos por culpa de la crisis.
Por cierto, aprovecho la ocasión para mostrar mi perplejidad ante
la firmeza con que el PSOE ha hecho suya, ahora, la bandera de que la
Iglesia abone el IBI por sus edificios. Llama poderosamente la atención,
además, el modo en que algunos medios de comunicación se hacen eco de
este asunto, presentándolo como algo absolutamente novedoso y obviando
que una fuerza política, llamada IU, lleva ya años exigiendo el fin de
este anacrónico privilegio.
Habría que preguntarle al PSOE por qué durante los ocho años que estuvo en el Gobierno de España no se molestó en cambiar la Ley de Haciendas Locales o en revisar los acuerdos con la Santa Sede de 1979. Pero, en cualquier caso, desde IU le damos la bienvenida y aplaudimos que este partido se apunte a esta causa.
Por lo demás, no quiero terminar esta entrada sin destacar un par
de cosas del último Pleno. Por un lado, no puedo dejar de denunciar la
ausencia de transparencia del Gobierno de Zoido que, de nuevo, se fue por las ramas para no responder a las preguntas formuladas por IU. En este caso se trataba de cuestiones como la presunta asignación de Giralda TV a un área del Ayuntamiento y las supuestas presiones realizadas por el director de comunicación del Ayuntamiento a un periodista de TVE. Así que tendremos que continuar insistiendo.
Finalmente, en el Pleno del viernes tomé la decisión de exigir el carácter preferencial de las votaciones con el objeto de que cada concejal se retrate en cada punto que se aborde.
Una petición que está amparada en el reglamento municipal y que pienso
seguir solicitando en cada sesión hasta que concluya el mandato para así
evitar la bochornosa imagen de la bancada del PP semivacía
constantemente. Y es que algunos le tienen muy poco respeto a la
democracia y a los ciudadanos a los que representan desde su escaño del
Salón Colón.
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