Las cosas son como son: nuestro alcalde, Juan Ignacio Zoido, tiene
un don natural para salir en el encuadre de una cámara. Durante sus
años en la oposición municipal alternaba las fotos que se hacía en cualquier
acto que organizaba, en las que lógicamente era el centro del objetivo, con las
que rebañaba en la bancada pepera del Parlamento andaluz, porque siempre
salía en el paisaje de fondo cada vez que se enfocaba a Javier Arenas,
por entonces presidente del PP andaluz. Hoy tiene el máximo cargo tanto en el
Ayuntamiento como en su partido y es normal que sea el centro de atención, pero
es que tiene ya tal hábito adquirido que hasta cuando no quiere sale en
la foto.
Le ocurrió el pasado miércoles, cuando la patria baloncestística estaba
viendo sufrir a España con Francia para meterse en semifinales. De
repente el plano cambió y, sorpresa, allí estaba Zoido con su polo, sus vaqueros
y su bufanda roja y gualda. Sorpresa para el televidente y también para
él, porque se vio en la pantalla gigante del pabellón e hizo un gesto tipo
mecachis. Pero ya no había escapatoria: lo habían pillado. Eso pasa por tener ese
romance permanente con la cámara, que te sigue hasta cuando no te hace ni pizca
de gracia.
Muy tranquilo no se quedó el alcalde cuando, un rato después, dio
explicaciones vía Twitter: Estoy en los Juegos Olímpicos, pero invitado
por la Federación Española de Baloncesto y para promocionar el Mundobasket, que
tendrá en Sevilla una de sus sedes. Algunos contestaron con guasa que ya sabían
que estaba en Londres, que lo habían visto en la tele, y otros se
embarcaron en el debate pelín demagógico de qué hace allí con lo mal que está la
cosa aquí.
El problema no es que estuviera en Londres, porque el
propio Ayuntamiento había anunciado que iba para allá, pero resulta que sí, que
se le esperaba para un acto… que se celebra hoy domingo. ¿Cinco días antes hay
que estar para esto? ¿Y qué va a promocionar, si todavía ni sabemos
dónde vamos a celebrar el Mundobasket? Hace un año la propia Federación de Baloncesto prometió un pabellón gratis
para Sevilla, pero se ve que algo ha tenido que fallar en esto de la
generosidad porque seguimos sin saber nada, el Mundial es en
2014 y todo apunta a que al final nos vamos a conformar con echarle una manita
de pintura a las instalaciones de San Pablo.
Probablemente, sin ese glorioso primer plano que le dedicó TVE no
nos hubiésemos enterado de que el alcalde estaba en Londres desde el
miércoles. Y volvemos entonces a lo de siempre, a esa penosa costumbre
de los políticos de no decir las cosas con claridad, de esconderse tras las
medias verdades, de mezclar lo público y lo privado, como cuando el año
pasado descubrimos que estaba en la final de Roland Garros porque en una foto
con Santana en primer plano aparecía Zoido en la grada con sombrerito y
todo. Después explicó que estaba invitado y que había ido para luchar por un torneo de tenis para
Sevilla, del que un año y pico después se sigue sin tener noticia alguna.
Zoido fue durante años un azote de los viajes de su
antecesor, Alfredo Sánchez Monteseirín, que se pegaba unas pirulas
buenas. Lo de ahora no tiene ni punto de comparación, pero
tanto se demonizó la cuestión que parecía que el alcalde tenía que estar en
Sevilla con el ancla y que salir fuera de la ciudad era un disparate.
Al final quien a hierro mata, a hierro muere, lo que no ocurriría
si dejaran de tratarnos como a niños y nos dijeran cuándo un político
viaja en función de su cargo y para qué, o cuándo está por ahí de
vacaciones, que también tienen derecho pero hasta eso se oculta. Pero claro,
estas cosas hay que decirlas en tiempo y forma, no cuando te sacan en la
tele. Y encima, con bufanda de hincha.
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