Mientras
miles y miles de personas muestran su más contundente rechazo a los
recortes del Gobierno del PP y de la derecha española en general, Rajoy
mantiene su compromiso con los mercados y anuncia más “sacrificios”.
En
una muestra más del cinismo que mantiene como eje vertebrador de sus
políticas el Gobierno de Rajoy, de Guindos anuncia su apuesta por los
sacrificios como cuestión “ineludible para salir de la crisis”. El
problema, desde nuestro punto de vista, es que lo que no dice el
ministro es quién tendrá que soportar esos “sacrificios” para conseguir
dicho objetivo: los que los han tenido que sufrir hasta ahora
–trabajadores, desempleados, pensionistas, jóvenes, empleados
públicos,…- o por fin recaerán sobre los más poderosos.
Todo
hace indicar que cuando el señor De Guindos habla de “sacrificios” se
está refiriendo a “saquear al pobre” con políticas de recortes, como
hasta ahora, y beneficiar a los poderosos con políticas de beneficios
fiscales, rescates a la banca con dinero público o indultos fiscales
para los que defraudan a las arcas públicas.
Sea
como sea, y con los medios de comunicación desviando las miradas hacía
la añeja ya “batalla de cifras de las manifestaciones”, al final todo
hace indicar que el Gobierno hará oídos sordos y volverá la vista atrás
desoyendo el clamor de centenares de miles de personas que en Madrid el
15S o en diferentes puntos de España, están construyendo una alternativa
a estas políticas que tanto el Gobierno anterior como el actual, ponen
de manifiesto una lucha entre poderes –el económico y el social- que
hasta hace muy poco tiempo se había convertido en tema “tabú” y
calificado como “visión trasnochada de la realidad”.
La
lucha por los derechos sociales, laborales, económicos, desde una
visión global amplia, pone sobre la mesa el conflicto histórico de una
sociedad dividida en Clases y a la que algunos –cada vez más- aspiran a
superar. Hoy, cuando los movimientos económicos ponen en riesgo los
intereses de los más poderosos en una zona tal y como sucede en las
empresas, los “sacrificios” recaen sobre los más débiles, los que venden
su mano de obra por un salario y sobre los más desfavorecidos de la
sociedad en su conjunto.
Por
todo ello, el día 15 constituyó un paso inevitable para lo que ha de
venir, porque el Gobierno defiende los intereses que defiende, porque
constituyen el área de gestión de los intereses de su Clase, en este
sentido la organización de los más desfavorecidos tiene que mantener el
pulso inyectando una dosis más de presión y llamando a la próxima HUELGA
GENERAL.
Confiamos
en que, si todo sigue igual, las organizaciones obreras que mantienen
una perspectiva amplia de Clase, llamemos a esta nueva convocatoria de
movilización general de manera urgente y sin que la dinámica
movilizadora sufra ningún tipo de parón que destensione los ánimos de
todos los que sufren la injusticia de este Gobierno rancio. Si esto no
sucediera estaríamos dando paso a la improvisación y al oportunismo
político, lo cual no beneficiará a nadie y debilitará nuestra
musculatura en la lucha social, económica y de la misma manera en la
ideológica.
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