El grupo parlamentario de Izquierda
Unida no va a apoyar mañana en la sesión plenaria del parlamento andaluz
el dictamen bastardeado y mutilado que ha resultado de la Comisión que
investigó los EREs.
Ese dictamen partía de una propuesta
inicial que había elaborado el presidente de la comisión y compañero
nuestro, Ignacio García, la cual significó un excelente trabajo,
consecuencia de un análisis certero y honesto de las numerosas
comparecencias que acudieron ante los representantes de los grupos
políticos andaluces.
Pero el PP y el PSOE, en una extraña
connivencia ante un asunto tan grave como es la corrupción, han mutilado
hasta el esperpento aquella propuesta inicial, cargándose cualquier
posibilidad de llegar a conclusiones útiles para evitar que se repitan
hechos como los investigados y, desde luego, impidiendo que las
responsabilidades alcancen a los niveles que, desde Izquierda Unida,
hemos establecido, desde la más estricta objetividad e independencia.
Los andaluces y andaluzas tendrán que
valorar la actitud kamikaze del presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido,
mutilador oficial del informe, y también la del PSOE que no ha tenido
en cuenta para nada las comparecencias en la Comisión y que ha mantenido
una postura inicial y apriorística desde el primer día.
Izquierda Unida puede decir con la
cabeza bien alta que ha hecho un excelente trabajo y que, en todo
momento, ha considerado el compromiso con los andaluces y andaluzas que
es ante quienes, únicamente, tenemos que rendir cuentas, puesto que en
el pacto con los socios de gobierno no consentimos incluir ni negociar
la Comisión de Investigación de los ERE’s.
Por lo tanto, el documento resultante de
las mutilaciones que han practicado, tanto PP como PSOE, a la propuesta
inicial del Presidente de la Comisión, es un pastiche, incoherente y
distorsionado, que no tiene, por no tener, ni siquiera una línea de
argumentación que permita mínimamente su comprensión.
Mañana será el peso de PP y de PSOE los
que, con sus votos en el Parlamento de Andalucía, van a escenificar un
extraño maridaje de connivencias y de conveniencias que nada tienen que
ver con las intenciones de llegar hasta el final mantenidas por
Izquierda Unida y que van a impedir que la verdad, los responsables y
los cambios metodológicos, sean delimitados para que nunca más se vuelva
a repetir un proceso de corrupción semejante en la administración
andaluza.
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