jueves, 26 de julio de 2012

¿Dónde está el coste cero para los ciudadanos que iba a suponer la final de la Copa Davis?


Hasta el día de hoy pasaba por ser el gran hito de la gestión de Juan Ignacio Zoido durante un primer año de mandato bastante plano, que ha estado marcado por la inacción y la falta de iniciativas del Gobierno local y por la involución a todos los niveles. Pero, a partir de ahora, ya ni de la final de la Copa Davis va a poder presumir el PP, una vez que ha trascendido el elevado coste que este evento deportivo ha significado para las ya de por sí maltrechas arcas municipales.

Algunos ya advertimos de que no era el momento más apropiado para acoger un acontecimiento de esta envergadura. Argumentábamos entonces que ninguna otra ciudad del país se había atrevido a asumir, en una época de crisis como la actual, las condiciones leoninas recogidas en el contrato firmado con la Federación Española de Tenis. Defendimos que había otras prioridades sociales y humanas más importantes que atender y alertamos del alto riesgo de endeudamiento que conllevaba esta operación.



Pero Zoido no escuchó a nadie. Le pudo su soberbia, su megalomanía y sus ansias por figurar. Durante tres días lo vimos en su salsa, es decir, haciéndose fotos a tutiplén y de mil maneras distintas. Unas veces posaba con Rafa Nadal y el equipo de la selección española, otras se subía a un yate y se abrazaba a la Copa Davis (como si la hubiese ganado él), y otras incluso se dejaba grabar dando algunos raquetazos en la misma cancha de tenis donde se iban a disputar los partidos.

En mi opinión, resultó excesivo y hasta un puntito obsceno tener que presenciar tanto postureo insulso e innecesario de nuestro alcalde en torno a este evento. Pero la cosa se torna todavía más grave y criticable cuando, por boca del propio Gobierno del PP, nos enteramos de que los delirios de grandeza de Zoido le supondrán al Ayuntamiento una deuda de un millón de euros que, obviamente, nos tocará pagar a todos los sevillanos.

Por si fuera poco, las pérdidas derivadas de la organización y celebración de la final de la Davis ponen al descubierto cuán falso ha sido y es el discurso del PP en relación con este asunto desde un principio. Y es que la realidad ha vuelto evidenciar las mentiras del Gobierno local y, más concretamente las del alcalde, quien se ha llevado meses asegurando que la gestión de este evento no tendría coste alguno para los ciudadanos. Menos mal que no.

La verdad es que ahora entendemos la tardanza y el ocultamiento permanente que el PP ha venido realizando de estas cuentas hasta que no le ha quedado más remedio que hacerlas públicas. Y, ojo, porque desde Izquierda Unida no descartamos toparnos aún con alguna que otra desagradable sorpresa. No en vano, hay indicios de sobra para pensar que los números han sido maquillados, inflándose al alza los ingresos, mientras se encubren o disimulan otros gastos.

Por lo pronto y a la espera de conocer en detalle el contenido de las cuentas aportadas por el PP, observamos a priori que canta demasiado el artilugio contable utilizado por el delegado de Empleo, Gregorio Serrano, quien no ha dudado en computar a la desesperada como activos la cubierta y las lonas de la Copa Davis con el claro propósito de minimizar un saldo económico bastante negativo y que, se pinte como se pinte, no casa con los beneficios prometidos a la población.
El recurso a este ardid tan chusco demuestra el poco rigor y la improvisación con que se maneja el PP en estas lides, pues –insisto–, se mire cómo se mire, el balance entre ingresos y gastos de la Davis arroja, de entrada, un déficit de 965.844 euros.


Pero, sobre todo, esta peculiar forma de interpretar los datos entraña una total falta de respeto a los sevillanos y sevillanas, máxime cuando han pasado casi ocho meses y el PP sigue mostrándose incapaz de reutilizar la cubierta, a pesar de que el alcalde se comprometió a hacerlo sin solución de continuidad y en un plazo mínimo de 30 días.
De modo que no tan sólo no se está aprovechando la instalación adquirida por el Ayuntamiento, sino que, para más inri, su mantenimiento y su seguridad está costándole dinero a los bolsillos de los ciudadanos.
Por otro lado, quiero dejar patente el frontal rechazo de IU a la posibilidad –ya esbozada por el PP— de asumir el déficit generado por la Davis a través de los 3 millones de euros que aún quedan de los 11 millones resultantes de diferir la devolución de la Participación de Ingresos del Estado (PIE).

Esta idea nos parece, sencillamente, un desmedido despropósito, ya que entendemos que, en el contexto actual de crisis económica, recortes y retrocesos en derechos sociales y laborales, el Consistorio sevillano debe destinar esos recursos a fomentar políticas de inversión pública o actuaciones de choque contra el paro, antes que entregárselo a la Federación Española de Tenis.

Por todo ello, hemos exigido al alcalde la convocatoria urgente de una reunión de la Junta de Portavoces del Ayuntamiento para evaluar cómo el Gobierno local pretende, a partir de ahora, enjugar el déficit de la Copa Davis, amén de enterarnos también de los motivos por los que la pregonada reutilización de la cubierta permanece bloqueada y durmiendo el sueño de los justos.

Por último, cabe subrayar lo ilustrativo de este caso que, a mi juicio, constituye un ejemplo bastante representativo y aclaratorio respecto a cuáles son los auténticos objetivos y el modelo defendido por el PP en materia deportiva.
Y es que el gasto desorbitado de 3,7 millones de euros que el Gobierno de Zoido decidió desembolsar en la organización de esta final se antoja, cuanto menos, ofensivo, si tenemos en cuenta cuestiones como el adverso panorama económico en que nos hallamos o el hecho de que el acto en sí no duró más de tres días.
Y, sobre todo, el tema escandaliza aún más si contrastamos esta elevada cuantía con la ausencia de inversiones presupuestadas este año por el PP para el mantenimiento y construcción de nuevas centros deportivos en la ciudad; con el incremento de los precios públicos aplicado al uso de las instalaciones municipales y a los diferentes programas y actividades dependientes del IMD; o con la privatización de sus servicios y la retirada de ayudas a los clubes y entidades que durante años han hecho posible, con su esfuerzo y dedicación, el disfrute del deporte de base en la capital hispalense.

Pero, por si alguno aún no lo sabía, esas son las prioridades del PP.
Antonio Rodrigo Torrijos

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